Viruela del mono MPOX: ¿Cómo deben afrontar las empresas peruanas el escenario?
El brote de viruela del mono (Mpox) en Lima, con 58 casos confirmados en la capital y un total de 77 a nivel nacional, ha generado una preocupación considerable en el ámbito empresarial. Las empresas, que ya están en un proceso de recuperación tras la devastadora pandemia de COVID-19, se enfrentan a un nuevo desafío que podría afectar sus operaciones. En este contexto, es crucial que las empresas adopten estrategias proactivas y flexibles, centradas en la prevención, la planificación y la comunicación efectiva.
1. Protocolos sanitarios basados en recomendaciones de la OMS
Las empresas deben fortalecer sus protocolos sanitarios incorporando las más recientes recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos protocolos deben incluir medidas básicas de prevención como el mantenimiento de la distancia física, el lavado frecuente de manos y la utilización de alcohol en gel en los lugares de trabajo. Además, las empresas deben implementar acciones específicas para reducir el riesgo de transmisión de la viruela del mono en eventos y reuniones laborales.
Es crucial identificar qué eventos corporativos tienen una mayor probabilidad de asociarse con el riesgo de transmisión del virus y evaluar si es necesario reconfigurar, posponer o cancelar dichos eventos. Además, las empresas deben asegurarse de que cualquier caso sospechoso o confirmado de viruela del mono sea notificado rápidamente a las autoridades de salud, garantizando el aislamiento inmediato y el tratamiento adecuado del individuo afectado. Mantener a los empleados informados sobre la evolución del brote y asegurarse de que los trabajadores y sus familias estén al tanto de las mejores prácticas para prevenir la infección también es fundamental.
2. Planificación y respuesta ante el brote
Las empresas deben desarrollar un plan de continuidad del negocio que contemple posibles escenarios en los que la situación sanitaria pueda agravarse. Este plan debe incluir estrategias claras para mantener la operatividad en caso de un aumento significativo de casos o si se imponen nuevas restricciones por parte del gobierno. Aspectos clave incluyen la identificación de funciones críticas, la priorización de actividades esenciales, y la creación de un equipo de respuesta que supervise y ajuste el plan conforme evolucione la situación.
Además, la planificación debe incluir la gestión adecuada de la información. Monitorear la información que circula sobre la viruela del mono es vital para evitar la propagación de rumores o información errónea, que puede generar pánico y afectar tanto la moral del personal como la reputación de la empresa. La comunicación interna debe ser clara, transparente y basada en fuentes confiables para asegurar que todos los empleados estén bien informados y preparados para actuar de manera adecuada.
3. Comunicación transparente y empatía con el personal
La comunicación efectiva y transparente es esencial en tiempos de crisis. Las empresas deben mantener informados a sus empleados sobre las medidas que se están tomando para proteger su salud y seguridad, así como sobre cualquier cambio en las operaciones o políticas laborales. Además, las empresas deben demostrar empatía hacia sus empleados, considerando opciones como la flexibilización de horarios, licencias remuneradas para aquellos que necesiten cuidar de familiares enfermos, y el apoyo psicológico para quienes puedan estar afectados por la situación.
Es vital que las empresas continúen educando a sus empleados sobre la viruela del mono, no solo para mitigar el riesgo en el lugar de trabajo, sino también para que los trabajadores se conviertan en embajadores de buenas prácticas en sus comunidades. Esta combinación de una gestión cuidadosa de la salud pública en el lugar de trabajo y un enfoque empático hacia el personal fortalecerá la resiliencia de la empresa y mejorará su capacidad para superar esta nueva crisis sanitaria.
El brote de viruela del mono presenta un nuevo reto para las empresas peruanas, que ya han tenido que adaptarse a la realidad impuesta por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, aquellas que actúen de manera proactiva, implementando medidas sanitarias estrictas basadas en recomendaciones de la OMS, planificando para la continuidad del negocio y comunicando de manera clara y empática con su personal, estarán mejor posicionadas para enfrentar esta crisis. La clave estará en la capacidad de adaptación y en la anticipación de posibles escenarios, asegurando que, independientemente de la evolución de la situación, las operaciones empresariales puedan continuar de manera segura y sostenible.